NOTA...


05 febrero 2015

Otoño - 秋 "aki"

La mayoría de las regiones de Japón tienen cuatro estaciones y los meses de otoño son septiembre, octubre y noviembre. Las hojas, como que por magia,  se vuelven de color rojo, naranja y amarillo... El follaje de otoño es llamada "kōyō" 紅葉 que en japonés significa literalmente hojas rojas. 
El Arce es el rey indiscutible de los colores del otoño. de hecho, la palabra "kōyō" se escribe con los mismos caracteres kanji como la palabra árbol de arce que se pronuncia "momiji" 紅葉, y se puede encontrar en distintos templos, jardines japoneses en las ciudades pero también el la misma naturaleza, en los bosque y  las montañas.  

El otro árbol símbolo del otoño en Japón es el Ginkgo Biloba - "icho". Las hojas de este árbol no son rojas en otoño pero si de color amarillo brillante pero este, sin embargo, no se suele encontrar en la pura naturaleza sino en los templos y santuarios, parques y jardines de las ciudades, siendo incluso el símbolo de la ciudad de Tokyo. En el parque Hibiya en Tokio, el árbol más antiguo es un "icho" 400 años de edad, conocido como "kubikake icho", que era un árbol joven en el período de Momoyama (1573-1603). Durante la construcción del parque, este venerable ejemplar fue retirado y replantado a 450 metros del sitio donde estaba y ahí se encuentra hasta nuestros días.

Muchos festivales de otoño se celebran en todo el país para dar gracias por la cosecha. Y se pueden ver algunos rituales sintoístas celebradas en varios santuarios. Pero, el más significativo es el "Tsukimi"  o observación de la Luna de otoño- "la luna de la cosecha" 名月- que, tal como el "Hanami" - observación de los cerezos en flor "Sakura"- es una tradición que data ya del período Heian y que se suele celebrar sobre el día 15 de Setiembre con la segunda luna llena del mes.

Pero en Otoño la visualización de hojas de otoño - "momijigariha" 紅葉狩り- literalmente llamada la caza a los arces, es una actividad muy popular en Japón desde hace siglos y hoy en día atrae a un gran número de viajeros  tanto a las montañas como a las ciudades. Hay que destacar que para los japoneses el "momijigariha" es una verdadera experiencia espiritual. 

Bruce Feiler en su libro de 1991 "Learning to Bow" describe  de la siguiente forma este fenómeno:

"Ciertos fenómenos naturales debido a su esplendor y belleza singular, desarrollaron casi un significado religioso en la antigua cultura japonesa, donde las creencias sintoístas sostenían que la naturaleza era el hogar de los espíritus que vivían en el agua, la tierra y los árboles. La misteriosa transformación de hojas verdes en rojos ardientes y amarillos helados en la época de la cosecha de cada año, inspiraba el temor entre los agricultores supersticiosas. Así como existe un protocolo en torno a hacer té ... o pintar la caligrafía ... esta es una forma de ver la naturaleza que con el tiempo evolucionó ".

De acuerdo con el código de Shinto, el visualizar de forma adequada, en una excursión de observación de las hojas, debe tratar de lograr una comunión personal con las hojas, en una unión semejante a la comunicación privada entre el hombre y Dios en él corazón de muchas religiones occidentales. Como príncipe Genji escribió una vez a un amante, 'Un manojo de hojas de otoño admirado en soledad es como damascos usados  en la oscuridad de la noche. "Al participar en la naturaleza, se espera a interiorizar la belleza de las hojas en el corazón de cada uno. El hombre entra en la naturaleza, y la naturaleza, a su vez, entra en el hombre".


Por detrás de este interés y pasión por el cambio de las estaciones del año, esta uno de los principios estéticos más influyente en el arte japonés y que data del periodo Heian - el "Mujokan" - que es la creencia de que el cambio (enquanto concepto) en este mundo es parte intrínseca  del mismo: 
 "...la única cosa permanente es el cambio en si mismo..."

Aceptar este cambio como algo intrínseco a la naturaleza de la misma existencia, através de la observación de los cambios en la Naturaleza y el pasaje de las estaciones del año, es la principal razón por la cual se mantiene esta tradición.

El diseño de los jardines japoneses refleja esa sensación del divino representado a través de naturaleza y también de las estaciones del año y, aunque los jardines pretenden tener un interés a lo largo de todo el año, hay elemento claves y con simbolismo proprio. La misma disposición y  selección de las plantas, con sentidos metafóricos que simbolizan este concepto de permanencia en contraste con y el efímero, esta representado, por ejemplo, por el Pino y el Ciruelo japonés. El primero, perene, representa estabilidad, inmutabilidad de lo eterno en la vida y el segundo representa justo lo contrario, lo evanescente, lo efímero en su profusión de flores que rápidamente desaparecen en el viento.

Algunos jardines utilizan una técnica de diseño de nominada "Shakkei" 借景 - o escenario prestado, en el que el paisaje natural que rodea el jardín se trae para dentro del jardín y de convierte en el jardín en si mismo. En la foto abajo podéis ver como los bosques naturales con sus colores Otoñales se convierten y se toman desde la vista del jardín como se fuera algo suyo y intrínseco desde el principio.


@Masayoshi Hirose 

En los jardines contemplativos se privilegia la colocación de Arces para disfrutar plenamente de todos sus maravillosos colores en otoño.



@Masayoshi Hirose 

About Acer Palmatum:


También llamado "iroha-momiji" イロハモミジ, es  es un árbol caducifolio nativo de la península de Corea y Japón, a excepción de Hokkaido. Introducido en Europa en 1820, su popularidad desde entonces ha extendido por todas partes. Aunque está clasificado como un pequeño árbol, y rara vez crece a más de 8 metros en cultivo, el arce japonés puede alcanzar hasta 15 metros en el medio natural.


En los jardines japoneses  es usado como un árbol de acento, proporcionando sombra suave y distintos tonos de verde y refrescantes en verano y hermosos colores en otoño. Hay distintas variedades de Arce y hasta nuestro días se han descrito más de 1.000 variedades.

Hay dos sustancias químicas responsables de la coloración de otoño. Los pigmentos carotenoídes producen los colores amarillo y naranja en las hojas, y las cálidas noches favorecen el dominio de estos colores. Mientras tanto, los pigmentos de antocianina hacen que hojas tomen el color rojo, violeta y púrpura, y días soleados con cielos despejados y bajas temperaturas nocturnas animan antocianinas. 
Algunos árboles tienen una gran proporción de uno u otro de estos dos pigmentos, que conduce a un predominio de cualquiera de coloración roja, si hay más antocianinas, o coloración amarilla si hay más carotenoídes.

Y con esto os dejo un maravilloso video de los colores de Otoño en Kioto.



Referencias:
http://gojapan.about.com/cs/weather/a/autumninjapan.htm
http://www.japantimes.co.jp/life/2002/11/28/environment/autumn-chilly-spell-yields-a-spectacular-cast-of-colors/#.VCSDwWTV-Qs
http://www.japantimes.co.jp/life/2010/11/17/language/autumn-is-the-perfect-season-to-view-leaf-kanji/#.VCSA8WTV-Qs
http://printsofjapan.wordpress.com/2009/10/13/momiji-%E7%B4%85%E8%91%89-the-japanese-and-their-love-affair-with-the-maple-tree/
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